Riesgos operativos en la refinería de Salina Cruz


Juchitán, Oaxaca.— La Refinería “Antonio Dovalí Jaime” de Salina Cruz, uno de los complejos energéticos más importantes del país, enfrenta serios desafíos operativos en este 2025 debido a un adeudo pendiente por parte de Petróleos Mexicanos (Pemex) que asciende a 800 millones de pesos con proveedores locales.
Esta situación ha provocado retrasos en el inicio de los trabajos de mantenimiento, reparación y servicios programados para este año.
Así lo advirtió Hugo Álvarez, vicepresidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción Oaxaca,(CMIC), quien señaló que, ante la falta de pago, diversas empresas ganadoras de licitaciones no cuentan con la liquidez necesaria para comenzar con los trabajos asignados.
Entre las plantas afectadas se encuentran la Primaria II, la viscoreductora y la planta de azufre, esenciales para el funcionamiento de la refinería.
Según datos de la propia empresa estatal, hasta el año 2023 la refinería recibía anualmente un presupuesto cercano a los 2 mil millones de pesos para su programa integral de mantenimiento.
Sin embargo, para este 2025, el monto asignado sufrió un recorte significativo, quedando en tan solo mil 400 millones de pesos.
“Con menos recursos y con proveedores sin capacidad financiera por falta de pagos, el programa anual de mantenimiento podría no cumplirse en su totalidad, lo que representa un riesgo latente de fallas técnicas en la infraestructura de la refinería”, alertó Álvarez.
Crece incertidumbre
Este panorama genera incertidumbre sobre la capacidad de la refinería para mantener sus niveles de producción, ya que la falta de mantenimiento puede traducirse en paros técnicos y una menor eficiencia operativa.
Mientras tanto, dentro del complejo industrial continúa la construcción de una planta coquizadora iniciada en 2022, con la que se pretende transformar el combustóleo en gasolina y elevar así la capacidad de refinación.
Este ambicioso proyecto, que representa una inversión de 3 mil millones de dólares, registra un avance del 80% y se prevé que entre en operaciones en 2026.
La refinería de Salina Cruz, ubicada en la región del Istmo de Tehuantepec, es una pieza clave para el suministro de combustibles en la zona sur del país. No obstante, las deudas acumuladas, la disminución del presupuesto y los retrasos en los trabajos de reparación ponen en duda su operación plena y sostenida en los próximos meses.