Gobierno de Oaxaca llama a la prevención en temporada de lluvias
Oaxaca.- El inicio oficial de la temporada de lluvias y ciclones vuelve a colocar en el centro del debate una verdad incuestionable: la prevención salva vidas. En un estado como Oaxaca, con una geografía vulnerable y una historia marcada por los desastres naturales, no hay margen para la improvisación.
El llamado del coordinador estatal de Protección Civil y Gestión de Riesgos, Manuel Maza Sánchez, para que los municipios destinen al menos el 3% de su presupuesto a tareas de prevención y fortalecimiento de sus atlas de riesgo, no es un capricho ni una simple sugerencia administrativa.
Es, en realidad, una obligación legal que busca mitigar los impactos devastadores que cada año dejan las lluvias, los ciclones y, en casos extremos, los huracanes.
El artículo 41 de la Ley de Protección Civil del Estado de Oaxaca es claro: cada ayuntamiento es responsable de integrar su sistema de protección civil, instalar su consejo municipal y prever los recursos necesarios para responder ante una emergencia.
Sin embargo, la realidad dista mucho del papel. Aunque existen 132 atlas de riesgo en el estado, muchos de ellos están desactualizados o en proceso de elaboración, lo que deja a numerosas comunidades en situación de vulnerabilidad.
Más preocupante aún es que, de acuerdo con la ley, las autoridades municipales que no cumplan con estas disposiciones pueden ser legalmente responsables por daños a la propiedad, lesiones o incluso pérdida de vidas humanas.
Esta no es solo una advertencia: es un llamado a asumir con seriedad el papel que cada nivel de gobierno tiene en la protección de su población.
Los pronósticos para esta temporada no son alentadores
Se esperan hasta seis huracanes de categoría 5 y una decena de tormentas tropicales que podrían afectar con fuerza a la Costa de Oaxaca.
Frente a este panorama, resulta alarmante que aún existan municipios sin planes de evacuación, sin albergues listos o sin insumos básicos como agua potable, alimentos y medicamentos.
La protección civil no puede depender de la reacción tardía ante el desastre, ni limitarse a comunicados oficiales una vez que la tragedia ha ocurrido.
La verdadera protección se construye antes, con presupuesto, planeación, organización comunitaria y responsabilidad.
Es momento de que los municipios oaxaqueños dejen de ver a la prevención como un gasto y la entiendan como una inversión en vidas humanas.
Porque no se trata solo de cumplir con una ley: se trata de proteger a las familias, al patrimonio y al futuro de comunidades enteras que año con año enfrentan las consecuencias de fenómenos naturales cada vez más intensos y frecuentes.
