Crisis de medicamentos en el Hospital Aurelio Valdivieso


En Oaxaca, la salud pública atraviesa una de sus etapas más críticas. El reciente testimonio de trabajadores del Hospital General “Dr. Aurelio Valdivieso”, uno de los más importantes del estado, desnuda una verdad incómoda: la narrativa gubernamental de abastecimiento de medicamentos y mejora del sistema de salud choca frontalmente con la realidad que viven médicos, enfermeros y pacientes cada día.
Los trabajadores de la subsección 07 del SNTSA han alzado la voz una vez más, denunciando la falta crónica de medicamentos e insumos, la negligencia en la entrega de pedidos esenciales y, más grave aún, la prohibición de emitir recetas a los pacientes para que puedan adquirir por su cuenta lo que el hospital no les puede proporcionar.
Este último punto no solo refleja una política absurda, sino que también pone en riesgo la vida de miles de oaxaqueños que dependen de este hospital como su única opción de atención médica.
La realidad que niega el discurso oficial
El gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, así como las autoridades federales responsables de la implementación del modelo IMSS-Bienestar, han prometido un sistema fortalecido y más justo.
Sin embargo, a más de dos semanas de una supuesta evaluación del hospital por parte de funcionarios de dicho programa, no hay resultados tangibles ni respuestas claras. La situación parece estancarse en la burocracia, mientras la crisis escala.
El abasto actual es del 20%. La cifra no solo es alarmante, sino que retrata un sistema colapsado. Se entregan medicamentos que no se usan frecuentemente, mientras que aquellos indispensables para enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión simplemente no llegan o lo hacen en cantidades irrisorias.
Esto obliga a improvisar tratamientos, suspender servicios, y en el peor de los casos, poner en peligro la vida de los pacientes.
Eliminar la posibilidad de entregar recetas, bajo el argumento de que los medicamentos deberían estar disponibles en el hospital, es un acto que niega la realidad. Antes, al menos, las familias podían buscar una solución por su cuenta.
Hoy, ni eso. Esta medida absurda solo refuerza el abandono, la incertidumbre y la desesperación que impera en el hospital.
La gratuidad de la atención médica no puede ser solo un lema de campaña. Para que exista, se requiere infraestructura, voluntad, pero sobre todo, compromiso real con la vida de las personas.
Mientras se niegue lo evidente y se impongan medidas que castigan a quienes más necesitan, no habrá transformación posible. Solo más simulación.
Es urgente que las autoridades escuchen y actúen. No con discursos, sino con soluciones. La salud en Oaxaca no puede seguir esperando.