Ajuste en el gabinete anuncia Salomón Jara
Oaxaca.- En el marco de su Primer Informe Trimestral del tercer año de gobierno, el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, anunció un próximo ajuste en su gabinete.
A través de una metáfora agrícola, el mandatario expresó su intención de “remover la tierra para que la primavera florezca con más fuerza”.
Esta decisión, cargada de simbolismo, refleja tanto una autocrítica moderada como la voluntad de imprimir un nuevo ritmo a su administración.
Lo destacable no es sólo el anuncio de cambios, algo relativamente común en los ciclos gubernamentales, sino el tono y el contexto.
Jara Cruz reconoci+o abiertamente que aún hay mucho por hacer, desmarcándose de la autocomplacencia que ha caracterizado a muchas administraciones anteriores.
Su afirmación de que “es necesario rendir mejores resultados” marca una diferencia discursiva importante respecto a aquellos gobiernos que maquillaban el rezago con cifras grandilocuentes.
La llamada Primavera Oaxaqueña, concepto eje de su narrativa política, se plantea como un parteaguas entre el pasado marcado por el abandono y el futuro de bienestar prometido por la Cuarta Transformación.
Sin embargo, tres años después de iniciado su mandato, los resultados tangibles aún están por ser evaluados con mayor rigor.
El “segundo piso” del proyecto transformador exige no sólo convicción ideológica, sino eficacia administrativa.
Es legítimo preguntarse si los nuevos elementos del gabinete que se integren realmente traerán el “nuevo aire” prometido o si se trata de un simple reacomodo político con fines internos.
El reto para el gobernador no es menor: cumplir con la expectativa de cambio profundo sin caer en la tentación del reciclaje o del clientelismo tradicional.
El pueblo oaxaqueño, históricamente marginado y paciente, merece más que buenos discursos. Requiere resultados concretos, políticas públicas funcionales, seguridad, salud y desarrollo con rostro humano.
Vamos a corregir el rumbo
Las palabras del gobernador, llenas de entusiasmo y esperanza, deben estar respaldadas por acciones inmediatas y efectivas.
En definitiva, los ajustes anunciados podrían ser una oportunidad para corregir el rumbo, afinar estrategias y cerrar con dignidad un sexenio que prometió mucho.
Pero como en el campo, no basta con remover la tierra: hay que sembrar bien, regar con constancia y estar listos para cosechar con justicia. Porque Oaxaca no puede esperar otra temporada fallida.
