Ante la sequía, campesinos piden ayuda divina en Oaxaca
En el municipio de San Andrés Huayapam, en Oaxaca, es tradición que desde el primer día de la cuaresma, decenas de familias de campesinos acudan a llevarse un poco de agua en recipientes o a como puedan de un sitio conocido como “El Pocito” para regarla en sus parcelas y al interior de sus pozos de agua, con el inicio de la cuarezma con este miercoles de ceniza, la tradicion se llevo a cabo en dicho lugar.
Pobladores aseguran que, con un poco de este líquido que brota de un ojo de agua subterráneo, se puede apaciguar la sequía que enfrentan desde hace más de un año en sus cosechas de maíz, frijol, tomate, cebolla, entre otras frutas y legumbres de autoconsumo, esta es una costumbre que se da en el sur del país desde comienzos del siglo pasado, en la que, al término de la misa del miércoles de ceniza, los feligreses caminan a dicho ojo de agua para pedir un poco de agua y con ello asegurar religiosamente una buena cosecha y un año con más lluvias.
El problema con el que se toparon este año los fieles creyentes, fue que el agua de “El Pocito” también ha disminuido, junto con el manantial que atravesaba e irrigaba Huayapan y que se alimentaba de 2 ojos de agua ya secos desde hace 2 años, explico Ángel de Jesús Cortés, quien se encarga de racionar el agua que extraen del pozo.
“El nivel del agua sí ha bajado, bajó bastante y esperemos que no siga bajando, pero realmente se ha visto este año muy bajo el nivel del agua”.
Esta creencia se sustenta en que el Cristo de Huayapam les proveerá el agua milagrosamente pues no hay otra forma sin la ayuda celestial, ya que en todo 2023 y en lo que va de este 2024 no ha llovido absolutamente nada.
De acuerdo con estimaciones de la gerencia regional de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), de los 570 municipios de Oaxaca, 439 sufren una prolongada sequía antes de que se presenten los meses críticos del estiaje, siendo uno de los principales problemas que se extiende por todo el país.
